Dancerpig tiene un sueño: Bailar en una ópera. Los años la fueron llevando a bailar en la zona roja del otro lado del río, mientras sigue soñando con lograrlo algún día. Una mañana, camino al trabajo, se encuentra con un viejo malhumorado y egoísta que decide atraparla para exhibirla en su colección de personajes y criaturas fantásticas.